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  • Foto del escritorMonica Carrillo

Para Maki Miro Quesada, quien llamó “hija de p” a la trabajadora del hogar que labora en su casa,

Actualizado: 12 jun 2020



JUGUEMOS EN LA JUNGLA

Autora Mónica Carrillo Zegarra. Unícroma 2017


¿A qué clase de mujer te refieres?

tú, ¿mujer?

¿el significado de lo “doméstico” es el mismo para ambas?

Te advierto.

Al espacio que cuestionas yo le dejo desde hace

muchas lluvias

mis uñas, células, unas motas de cabello

y pestañas incluidas

mi saliva, las ampollas de mi boca cuando prueba el cucharón,

mis humores y sudor

que mezclados con la carne,

el arroz,

las arvejas

y el trasero

que se mueve al cocinar

constituyen lo “privado” de mi vida

y para ti, mujer, ¿qué es lo “público”?

¿un espacio que ventila lo “doméstico”

teje redes, hace puentes, logra cambios?

Yo rebato. (Yo rebato).

Mí domesticidad siempre fue pública para ti

con mi privacidad naciste, creciste

y aunque no mueras conmigo

si crees en el legado de las ancestras

sabes que alguien como yo

te construyó el podio

desde donde hoy cuestionas lo doméstico.

No te odio, (tampoco te quiero)

apelo a tu conciencia

¿si me arrebatas mi domesticidad

qué de privado me quedará?

Perdón por ser agresiva (quizá me equivoco)

¿te dirigías a mi?

si

¿ a mí?

¿tú?

¿mujer?

Yo nunca fui débil

trabajé fuera del hogar

500 años antes de que tú lo pensarás

no me desmayaba por las emociones fuertes

tampoco vivía para educar a mis hijos

a mí siempre me los quitaban.

Sé que hay asesinos sueltos que te matan,

pero hace tiempo que lo hacen conmigo

y ¿tú? ¿no eres más que mujer?

¿algo más divertido? ¿tormentoso o apasionado?


Siempre quieres que juguemos en el bosque

territorio a que estás acostumbrada.

Loba (¿qué estás haciendo?)

loba (¿qué estás haciendo?)

te propongo que juguemos en la jungla

o más fácil para ti

en la selva de cemento

no necesitas esconderte

sólo zambúllete entre la gente celeste como tú

nunca podré tener tu papel porque me descubren fácilmente.

mi piel es un 666.


Perdón de nuevo.

Luego seguiremos jugando.


En un un restaurante hay un cartel con esos números y

mi imagen,

6

me extienden una alfombra rosada de cáscara de cebolla

6

que me emociona hasta las lágrimas

6

voy a entrar, no los puedo ofender,

debo atender su llamado

es decir, atenderlos,

confío que en el fondo para ellos

es una manera de demostrarme su cariño,

en fin,

han sido muchas lluvias (666).

¿Qué me queda, mujer?

¿Qué me ofreces?

¿Tú? (¿mujer?).







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